Este libro presenta una renovada concepción de la prueba jurídica, en especial de la prueba penal, con sus propias nociones, metodología, sistemas, principios y valores. En los primeros seis capítulos, después de aprehender la noción más metajurídica y filosófica que tiene el derecho, la de la prueba, se hace un recorrido por los caminos del conocimiento -sensible y racional-, hasta llegar a la prueba científica, especializarla en las ciencias reconstructivas y convertirla en prueba histórica, que requiere del método reconstructivo. De allí se desprende la prueba jurídica, cuya trascendencia ha determinado el surgimiento del derecho probatorio, con sus especiales características, objetivos y regulación. Estos presupuestos detallan las nociones de las diferentes modalidades de las pruebas jurídicas, es decir, las materiales, las administrativas y las judiciales.
Estas últimas, que sólo se dan en el mundo del proceso, exigen adentrarse en los sistemas y principios que estructuran el derecho procesal, en particular, los sistemas acusatorio y de la oralidad. A todo ello se dedican los capítulos VII, VIII, IX, X y XI. La doctrina, una profusa jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, la Corte Constitucional y la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, y la legislación vigente sobre la materia sustentan la construcción de las teorías y conclusiones que se proponen sobre este tema de las pruebas penales.